El verano se impone y lo sentimos viendo cómo se dispara el mercurio en el termómetro. Vale, ahora la inmensa mayoría de los termómetros son digitales, era para recuperar el romanticismo de lo añejo. Pero, sean digitales, o de mercurio, la temperatura sigue subiendo igual, ¡como la espuma! Aunque esta última es fresquita.

Nuestra propuesta te alegrará el día, cuando nos leas. Y te lo refrescará, pues es lo más fresca que hemos podido idear, para formar parte de nuestras composiciones ideales para este verano. Nuestro ramo de flores siemprevivas es fiel ejemplo de lo que te estamos diciendo, compuesto por flores de estátice, característica en todo el Mediterráneo y en nuestras Islas Canarias, ya atlánticas. Un ramo colorido y descarado que refresca con solo ojearlo por sus malvas suaves y sus morados insolentes que irradian color y aromas que inundan la estancia en la que se coloca este jarrón, incluido con el ramo.

Ahora vamos a recomendaros tres ramos de flores secas, compatibles entre sí, dispares y que, ya os lo avisamos, están siendo la sensación de la temporada estival y ponen de moda los tonos tierra en la decoración floral.

El Ramo de flores secas Terra rompe el hielo y destaca por sus tonos tierra y marrones salpicados con otros colores pensados para contrastar y dar vida al ramo: grises que parecen azules, blancos, y hasta algún ocre intenso unidos, en sus propias flores, por un lazo de terciopelo que no tiene nada que envidiar al ramo que se enreda con ternura.

El segundo es el Ramo de Flores secas Fuego, muy en la línea del Ramo Terra pero con matices más cálidos e incorporando un verde ornamental que hace las delicias de nuestros clientes y amigos. Todo ello unido y reunido por un lazo de terciopelo azul que aporta clase y distinción.

Terminamos con el Ramo de flores secas Alicia, con su gama de blancos, grises, malvas y morados y terciopelo rosa, en su lazo.

Tres ramos y tres opciones con gusto y clase para quienes gusten regalar flores y sepan que quienes van a recibir el regalo, o bien no son las personas más diestras cuidando flores, o bien prefieren el ramo a largo plazo, para que perdure en el tiempo y quede como recuerdo físico, y evidente, de una cita, una ocasión o simplemente de una manifestación espontánea de amor conyugal, parental, fraternal… o mera amistad.