No hay hogar navideño sin su Flor de Pascua.
Qué bien lo sabemos en Floristería Las Camelias. Hace más de un mes ya que no paran de llegar pedidos y encargos de flores de Pascua. Unos para consumo propio, otros para regalar. Porque tanto como se compran para uno mismo, la Flor de Pascua es un regalo perfecto en estas fechas navideñas y prenavideñas. Es el detalle perfecto. Lo suficientemente vistoso para destacar, discreta para no acaparar protagonismo, intensa para resistir y elegante en su finura.
Si nos vieras desde fuera de la floristería podría parecer que estamos desbordados, pero tranquilo, tenemos todo controlado. La experiencia es un grado y, en flores de Pascua tenemos nuestros años de experiencia y nuestros clientes lo agradecen.
Si os gusta la planta, al final de este artículo encontraréis un par de párrafos en el que os contamos brevemente la historia de cómo se convirtió en la Flor de Pascua que adorna nuestras casas en Navidad.
Porque adornas nuestras casas… ¿verdad?
La Flor de Pascua lo tiene todo.
Es la acompañante perfecta para una decoración floral navideña. Puede ser la protagonista y hacer que todo gire en torno a ella, a modo de centro de mesa, para alegrar una cena o comida navideña. Puede in colocada entre uno o dos detalles florales para Navidad sobre una chimenea… y puede sacar de un apuro a más de “un invitado a comer o cenar” en estas fechas, acompañándola con un buen vino.
Incluso, debidamente decorada puede ejercer la labor de “falso árbol de Navidad”. Es que lo tiene todo…
Hasta el punto que, amén de todo lo dicho, una Flor de Pascua puede aguantar de un año para otro, con sus debidos cuidados, claro está.
Ya puestos, os daremos algunos consejos para los más valientes. Esto es para los que se atrevan a hacer de la Flor de Pascua su compañera y la indulten cuando pierda sus hojas y la den la oportunidad de volver a florecer.
Para explicaros esto, lo primero que hemos de comprender es que las “flores rojas” de la Ponsetia, no son flores. Son falsas flores desarrolladas por la propia planta para ser polinizadas. Su flor, la verdadera, es chiquitita y poco llamativa. Estas “flores rojas” son el resultado de la evolución (adaptación al medio) de las hojas para, con su color rojo intenso, atraer a los insectos. Así pues, estas hojas que simulan ser flores responden al nombre de brácteas. Interesante, ¿verdad?
Cuando se le hayan caído las hojas no estará muerta. Pódala más o menos a unos 10/12cm de la base y trasplántala a otra maceta (un pelín más grande que la actual) y resguárdala del sol y de la luz en general. Necesita mucha oscuridad, sobre todo en los dos meses previos a “florecer”. Nada menos que unas 14 horas de oscuridad al día. Y no la riegues hasta que no veas la tierra casi seca del todo. Este detalle, el de sí regarla (abundantemente muy de vez en cuando) nos ha de hacer respirar con alivio. Si le sumamos que no la de la luz del sol alguno podría haber pensado que estábamos hablando de un gremlin… y no es el caso. La podéis dar de comer (abonar) después de medianoche.
Estos cuidados si quieres mantenerla de un año para otro. Y si no lo logras, o si prefieres tener la seguridad de acertar, no lo dudes: busca tu Flor de Pascua en la Web de la Floristería Las Camelias, elígela y te la llevamos a casa.
Un poco de historia de la Flor de Pascua…
Esta es su historia (breve) y el origen del vínculo establecido con la Navidad.
Sin duda resulta atractiva, más en estas fechas: sus intensos colores rojo y verde dan el toque definitivo a nuestra decoración navideña desde siempre. Bueno… desde siempre no. La tradición (y el nombre “Ponsetia”) son relativamente recientes. Hablamos de una flor silvestre y tropical que en estado salvaje puede llegar a ser enorme. Su descubrimiento e implantación en la tradición navideña se lo debemos a un tal Joel Roberts Poinsett, botánico estadounidense y político que ejerció labores propias de un embajador en México. No hubo tal figura con carácter oficial hasta años después de él. En realidad él fue un “agente especial”: un espía americano en el territorio español de ultramar.
Pero no todo lo que hizo fue malo… (menuda pieza). Su aporte “Bueno” para la sociedad fue descubrir esta flor y llevarla a Estados Unidos, en donde la utilizó para decorar su Navidad. El color, su fuerza y la elegancia de la Flor de Pascua hicieron el resto. Cautivó a todos por igual y desde finales del siglo XIX se convirtió en todo un símbolo de la Navidad.
Si hay una flor característica en Pascua, esa es sin duda la Flor de Pascua. Ya sabéis de dónde viene su nombre común: Poinsettia (“Ponsetia” en Román paladino, mejor que referirnos a ella en su nombre científico: “Euphorbia Pulcherrima”, casi nada).
Siempre la verás decorando la Navidad, solo o acompañada por los tradicionales árboles de Navidad.
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