San Valentín se aproxima.

Lo percibimos en el ambiente. Lo vemos a diario, en Floristería Las Camelias, cuando atendemos a los clientes habituales, a los que os gusta pasaros por nuestra tienda, y cuando atendemos a los pedidos Online. Nos complace ver, año tras año, a parejas enamoradas que sellan su amor con nuestros centros de flores. Pero también nos congratulamos cuando llegan nuevos clientes buscando su primer regalo por San Valentín para su primer amor.

En ambos casos sentimos, y celebramos, la ilusión incombustible de quien quiere arrancar una sonrisa al amor de su vida, con flores y con la pasión que sólo ellas saben transmitir. Es Amor verdadero, como nuestra caja de rosas. Toda una declaración de amor, disponible en rosas de varios colores: rojas, rosas, blancas, amarillas y azules, porque cada pareja es diferente y cada color apela a diferentes estilos y a diferentes sensibilidades.

La sombrerera Bizantino refleja el amor espontáneo, alegre y desmedido entre los más jóvenes. Es ceder el protagonismo a la sencillez, al amor sin filtros y al placer de compartir con la persona amada un ramo original para enmarcar un amor sin parangón surtido de paniculada, gerberas y rosas, por supuesto.

Siempre juntos y Red Love son dos apuestas completamente diferentes por el amor tradicional, por regalar tu corazón a la persona amada y por el romanticismo. Mientras que la sombrerera Siempre juntos tiene un surtido original y revolucionario, de flores rojas, Red Love es pasión, ardiente, sabroso y espumoso… es la apuesta por el amor aterciopelado, fogoso, discreto, disfrutado y celebrado. Y después de disfrutado, brindado con Möet Chandom.

El Ramo de 100 rosas es la mayor, y mejor, muestra de amor. Es el sumun del amor expresado con flores. La cumbre de la pasión. Es un corazón abierto que se entrega incondicionalmente, y por completo, sin cortapisas y sin límites.

También tenemos opciones para los más romanticones. Para quienes quieren alimentar su amor regalando rosas de foam y dibujando una sonrisa tierna y enamorada en la afortunada que recibe nuestro osito al que hemos tenido a bien llamar Lovely bear, porque es tan simpático como entrañable.