Las oficinas decoradas con vegetación mejoran la atmósfera entre los empleados. Será por el color. O por el frescor. Pero lo cierto es que contribuyen a generar buenas sensaciones, y emociones, y éstas repercuten, de un modo inconsciente, en el rendimiento de los trabajadores.
Se trata de humanizar el espacio de trabajo. De hacerles sentir a gusto. No de hacer de la oficina un segundo hogar, pero sí de hacerla acogedora. Y de que entre por los ojos.
Son pequeños detalles, como levantar un jardín vertical preservado al fondo de las mesas en las que se pasan horas trabajando cada día. Como para enmarcar sus portátiles. O recrear un jardín vertical en la pared de la salita en la que coinciden para comer, o para desayunar. Incluso para desconectar. El mero hecho de servir como desconexión para dejar de mirar una pantalla iluminada ya contribuye a que el trabajador recargue sus propias pilas. Con el simple gesto de haber decorado una de las paredes.
El mero hecho de colocar un par de arbolitos, en jardineras, en la entrada del edificio ya resulta relajante. Pensad en las salas de reuniones. Esas salas en las que se reúne el equipo entero para definir estrategias, corregir errores, y repartir tareas. Tener un par de jardineras de interior no disparará las ventas. Ni hará que dejéis atrás a la competencia. Pero sí proporcionará un ambiente agradable que, sin que sea de un modo explícito, hará que los empleados se sientan cómodos. Y ellos sí son quienes pueden disparar las ventas de tu empresa, y que superéis a vuestra competencia…
Los detalles son importantes. Un pasillo infinito, interminable, de esos en los que se escuchan las pisadas y te sabes anunciado desde 15m antes de tu aparición resultan más acogedores con una jardinera pequeña. Estas amortiguarán los sonidos de los tacones en el parqué y, sin verbalizarlo en modo alguno, servirán para que los trabajadores se fijen en ellas, y se sientan reconfortados.
Incluso jardineras luminosas que sirven para crear ambientes y separar espacios en oficinas diáfanas. Esta es una práctica habitual en las recepciones de los hoteles, abiertas y espaciosas por tradición. Ahora que las empresas prefieren las oficinas abiertas, sin muros, una manera de delimitar espacios, sea entre trabajadores o entre departamentos, es, precisamente, la línea sutil y elegante de una de nuestras jardineras.
En cualquier caso, usar las plantas como elementos decorativos dentro de las oficinas se traduce en una mejora sensible de la armonía, crea buen ambiente y esto repercute, forzosamente, en el rendimiento de los empleados.
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