Nada representa mejor a la naturaleza que una flor.
Y su color, evocador, además nos hace sentir, soñar, disfrutar e imaginar.
¿No lo habíais pensado?
Pasa de un modo inconsciente, sin pensarlo. Y no siempre, por supuesto. Pero hay flores de colores que nos teletransportan a un sitio, a un recuerdo, a una persona… incluso, a veces, aunque no hayamos estado en ese sitio, ni hayamos vivido una experiencia concreta y conocido a esa persona.
Pondremos varios ejemplos para que sepáis a qué nos referimos…
Nuestro ramo de flores naranjas Nerdanel es un ejemplo perfecto. ¿¿No os evoca a Holanda? Hoy llamada Países Bajos. Es una tierra clásica en el mundo de las flores. Tan húmeda y tan plana, si te paseas por Holanda verás hectáreas de tulipanes de todos los colores, y el naranja es su color nacional. De naranja juega su selección y de naranja engalanan sus ventanas cuando tienen algo que celebrar.
Si quieres regalar flores el blanco es un color que irradia pureza y luz. Nuestro ramo de flores Asturias es el mejor ejemplo. Su frescor se lo debe al verde, tan asturiano, que arropa y abraza a las flores aportando su frescor y la fuerza e intensidad de su color. Un marco perfecto, puro asturiano, por sus verdes y redoblamos esa intensidad volcando pinceladas de blanco con rosas, lilium, lisianthus y alstromerias vívidas preparadas con todo nuestro cariño para ser disfrutadas.
También los hay más intensos, vivaces y enamorados del sol, del verano, del calor y de su calor, tanto como de su color… Estas personas intensas, como el color que más les gusta, se viven y desviven por el amarillo, como las flores del jarrón yellow flight, que desbordan con su vigor. No obstante sus girasoles y tanacentun son verdaderos focos de color amarillo que, sea tu color favorito o no, irradia felicidad.
El rosa de Sweet Pink es otra historia. Hablamos de sutileza, de delicadeza, de pudor ternura y discreción con sus rosas (rosas, valga la redundancia) arrulladas y arropadas el verde pálido del eucalipto…
Pero para emociones, sensaciones, vivencias, deseos y pasiones tenemos dos opciones que son sinónimos de triunfo. Lujuria es nuestro ramo de flores rojas y entra por los ojos. Pero para apasionados, para quienes vean el rojo y entren al trapo de la pasión desmedida y desbocada tenemos algo todavía más intenso. Para vosotros tenemos Lujuria y pasión. Íbamos a decir que es una apuesta ganadora, pero no. No es apuesta porque no deja margen para el error ni para no hacer del regalo de este ramos rosas roas, intenso y propenso para la lujuria el objeto de deseo de todos los amantes.
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