Hace ya dos años (y medio) que os hablamos del bonsái en el blog Un mundo de flores de Floristería Las Camelias.

Entonces os explicamos su origen y la filosofía que envuelve a estos arbolitos que cada vez gozan de mayor y mejor acogida entre nosotros. Una tradición oriental, japonesa para ser concretos, que se ha abierto un hueco entre los amantes de las plantas y las flores en España.

Tanto es así que hoy volvemos sobre el tema en respuesta a las consultas que algunos de vosotros nos habéis hecho, a propósito de los Bonsáis. Por eso pensamos que qué mejor que nuestro blog para daros respuestas (fundamentalmente sobre su cuidado) y dejarlo plasmado en un artículo que, a buen seguro, recibirá tantas lecturas, o más, que preguntas en nuestra bandeja de entrada.

Sólo apuntaros, antes de daros algunos consejos sobre su cuidado, que el bonsái encierra una tradición milenaria que se ajusta a las necesidades que muchos de nosotros experimentamos en estos días de convivir con la Naturaleza y emplear nuestro tiempo libre en una actividad tan gratificante como sana. Gratificante porque cuidar un bonsái se convertirá en una actividad de ocio que os hará disfrutar con cada hojita que cortéis. Sana porque, en pequeña escala, es una puerta a la Naturaleza que llenará de color vuestros hogares.

No son pocas las personas que han acudido a nosotros para dar salida a su necesidad de sentir el frescor y la alegría de poder cultivar un arbolito dentro de casa. Pero no son menos quienes lo han hecho movidos por el deseo de agradar a un familiar, para regalárselo. De este modo la persona que lo recibe sentirá el amor de quien se lo regala y, después, tendrá una actividad meticulosa que requerirá amor a ese arbolito, paciencia, dedicación y ejercicio.

Sí “ejercicio”. Habéis leído bien. Porque quien cuida un bonsái desarrolla su paciencia y su concentración, y lo que es mejor, la habilidad para cuidarlo, ejercitando mente y cuerpo: la mente proyectando en el bonsái el arbolito que desea tener. Pero también físico, porque practicará su habilidad manual. Se convierte por lo tanto en el regalo perfecto para un familiar que disponga de paciencia y ganas de desarrollar su habilidad manual. Y de paso dispondrá de un rinconcito de paz natural que le permitirá evadirse mientras modela el bonsái y establecerá una relación que va en los dos sentidos: del cuidador hacia el bonsái porque aplica su amor y pericia (que irá aumentando con cada hojita que corte), y viceversa, porque ese cuidado repercutirá en la satisfacción personal de quien regale su tiempo al arbolito y reciba la gratificación de poder ver los resultados día a día.

Tomad pues, buena nota de estos consejos tan sencillos como prácticos para disfrutar con vuestro bonsái.

Regad vuestro bonsái cuando él os pida agua.

No se trata de regarlo todos los días. Al contrario, palpad la tierra de la maceta y regadlo sólo cuando comprobéis que empieza a secarse la tierra. Así no se os secará ni se ahogará con exceso de agua.

El mejor alimento para vuestro bonsái es la luz del sol.

Procurad ponerlo cerca de una ventana soleada. Y en la misma medida, evitad que esté cerca de una calefacción o del aire acondicionado.

Cortad las hojas del bonsái de un modo periódico.

Tened en cuenta que el bonsái vive en una maceta de pequeñas dimensiones. Adecuada al tamaño del bonsái. Si lo dejáis sin podar el arbolito crecerá y si no lo controláis podrá crecer en demasía. Por eso esto sí debe ser hecho con regularidad, para darle la forma y el tamaño que deseáis.

Arcilla y piedras… son dos elementos a tener en cuenta.

La maceta, incluso si es de porcelana, suele llevar la base de arcilla, o arcillosa. Esto ayudará al drenaje del agua y evitará que se acumule en demasía si alguna vez lo regáis más de lo necesario.

Las piedrecillas, que muchas veces las podréis poner, tanto dentro del cepellón, como por debajo de la propia maceta harán, en el primer caso, que las raíces se agarren con fuerza y transmita vigor al bonsái. Y en el caso de estar por fuera podrán acumular el agua sobrante y, si os demoráis un poquito en volverlo a regar, empaparán la tierra haciendo que recupere parte de su humedad y siga alimentando al bonsái.

No abusar de los fertilizantes…

Para evitar que tome inercia y crezca demasiado. Os recomendamos, cuando fertilicéis el bonsái, que lo hagáis en pequeñas cantidades y siempre después de haberlo regado, para que el agua no arrastre al fertilizante y mengüe su efectividad.

cuidado de los bonsais

El corte correcto da fuerza y forma al bonsái.

Como indicábamos un poco más arriba, el corte sí ha de ser periódico, por dos motivos: darle la forma deseada y controlar su crecimiento. En estos cortes deberéis limpiar las hierbecillas que pudieran aflorar, las hojas que veáis que no son vigorosas, o las que hayan crecido demasiado. No descartéis, ni temáis, cortar ramitas para lograr esa forma deseada. Eso sí, pensad que un corte no admite vuelta atrás, así que estudiad esos cortes proyectando al bonsái la forma que tenéis de él en vuestra mente y cortad las ramitas que comprendáis que haría crecer el bonsái de otro modo o demasiado. Pero pensad cada corte antes de hacerlo porque será irreversible.

Plantar y replantar…

El ritmo de crecimiento adecuado en tu bonsái hará que tengas que replantarlo cada 3 ó 5 años. Pero incluso si lograrais mantenerlo en el tamaño deseado, no estará de más replantarlo o trasplantarlo en otra maceta para, en el momento de hacerlo, sanear las raíces, oxigenarlas y eliminar las que puedan ser más débiles.

Para todo esto no dudéis en acudir a nuestros expertos porque os daremos tantos consejos, adecuados a vuestro caso concreto para alargar su vida y que os acompañe durante un montón de años.

En nuestra página Web encontraréis diferentes tipos de bonsáis y seguro que, entre ellos, tendremos el que mejor se ajuste a vuestra personalidad y a vuestro gusto: bonsái Kobe, el bonsái Sapporo, Bonsai Nagoya, Bonsai Okazaki, o Bonsai Hirikata, son sólo algunos ejemplos.